... el diálogo desata los nudos,
disipa las suspicacias,
disipa las suspicacias,
abre las puertas,
soluciona los conflictos,
engrandece la persona,
es vínculo de unidad
y madre de la fraternidad ...
Señor, haznos comprender, que el diálogo no es una discusión ni un debate de ideas, sino una búsqueda de la verdad entre dos o más personas. Haznos comprender que mutuamente nos necesitamos y nos complementamos, porque tenemos para dar y necesitamos recibir, ya que no puedo ver lo que los otros no ven, y ellos pueden ver lo que yo no veo.
Señor, cuando aparezca la tensión, dame la humildad, para no querer imponer mi verdad atacando la verdad del hermano; de saber callar en el momento oportuno; de saber esperar a que el otro acabe de expresar por completo su verdad.
Dame la sabiduría para comprender que ningún ser humano es capaz de captar enteramente la verdad toda, y que no existe error o desatino que no tengo alguna parte de verdad.
Dame la sensatez para reconocer que tambíen yo puedo estar equivocado en algún aspecto de la verdad, y para dejarme enriquecer con la verdad del otro. Dame, en fin, la generosidad para pensar que tambien el otro busca honestamente la verdad, y para mirar sin prejuicios y con benevolencia las opiniones ajenas.
Señor, danos la gracia de dialogar.
Extracto del libro "Encuentro", del Padre Ignacio Larrañaga.
2 comentarios:
Mi querida Presidenta
Que linda manera de iniciar tu Blog, sabias y santas palabras del Padre Larrañaga...que tu nos compartes, muchas gracias por ello.
Tambièn espero tus visitas en mis blogs.
Recibe un abrazo cariñoso desde mi querido Curantú.
Nos vemos pronto si Dios asi lo quiere.
Isabel Margarita
Hola María Violeta, me sumo a lo que dice Isabel Margarita, muchas gracias por las palabras del Padre Ignacio Larrañaga. Muchos saludos, Pepe.
Publicar un comentario